domingo, 26 de abril de 2009

Historias ocultas de la II Guerra Mundial

Más de 70 años han transcurrido entre nuestros días y los días que contemplaron el inicio de la II Guerra Mundial. Años en los que historiadores, científicos, cazatesoros y personajes dispares se han dedicado al estudio y saqueo del recuerdo de aquella Guerra. Cada uno en lo suyo. Muchos libros se han escrito, muchas películas se han filmado, pero todavía hoy, la historia nos regala pequeños sucesos desconocidos para gran parte de la población. Prueba de ello es el documental que se expone a continuación. Dentro de estos sucesos, esta semana en ActaDiurna hablaremos de la historia del agente Zig Zag.




Documental: “Armas raras”

Por Alejandro Parrilla (ActaDiurna en CeroPretensiones)

El Agente Zig Zag
Es del todo conocido el intento de asesinato que sufrió Hitler en 1944. Pocas son las artes que no han retratado la historia de Claus Von Stauffenberg y su idea magnicida que pasará a la historia como el “Complot del 20 de julio” dentro de la operación Valkiria. Sin embargo, Otras historias semejantes quedan ocultas por el desconocimiento de datos o por el ocultismo que genera la construcción del discurso a partir del cine y las vías de comunicación oficiales.

"Eddie" Chapman

Su nombre era Edward Arnold "Eddie" Chapman (1914-1997). Pasará a la historia como el agente Zig Zag. Su adolescencia nada tenía que ver con la rigurosidad física y moral que se espera de un agente secreto. Su juventud fue famosa por sus logros entre las pandillas de los barrios del Condado de Durham. Bajo la excusa típicamente popular de ser huérfano, su listado delictivo contaba con robos, allanamiento de morada, fraude, comportamiento lascivo y chantaje. Su especialidad eran las cerraduras; no con vocación de cerrajero. Entre sus pasatiempos delictuosos se encontraba seducir y chantajear con fotografías perniciosas a mujeres de la alta sociedad londinense. Sus rudas prácticas y sus gustos no hacían preveer la importancia que tendría Eddie Chapman en la II Guerra Mundial. Tras pasar un tiempo en prisión en Escocia huyó bajo situación de libertad condicional a la isla de Jersey. Allí fue condenado a 15 años de cárcel por romper la cerradura de una salón de baile.

Será en Jersey donde un delicuente se transformó en un agente secreto. La ocupación alemana de las islas del Canal liberó a muchos de sus tareas diarias o situaciones complejas bajo la colaboración con el enemigo. Así Chapman, cuya intención era sólo vivir en tiempos en los que morir era más fácil, se alistó en el ejército nazi. A partir de este momento será conocido por los alemanes como Fritz o Fritzschen. Un agente doble o cualquier persona doble necesita de dotes de seducción y de capacidades de abstracción frente a la realidad que le rodea. Amante de la vida, el peligro y la aventura, Chapman tenía y necesitaba de esas cualidades. Pronto sedujo al aristócrata alemán Stephan Albert Heinrich von Gröning.






Película: “La lista de Schindler”. Esta escena nos sirve para ver la necesidad de todo agente doble de captar la atención de los que deciden quién vive o quién muere, qué se hace o qué no se hace.

Sus conquistas femeninas y masculinas le permitieron acabar en el servicio de inteligencia aleman, el conocido como Abwehr. En Bretonniere, cerca de Nantes (Francia), recibió adiestramiento en sabotajes. Su primera misión consistía en aterrizar en paracaídas en Cambridgeshire, el 16 de diciembre de 1942, y volar la fábrica De Havilland. El objetivo era paralizar la fabricación del Havilland Mosquito, uno de los aviones más versátiles del conflicto. Quizá los alemanes le enseñaron demasiado en sabotajes, pues el saboteador fue saboteado. Chapman aterrizó en el lugar indicado y en la fecha indicada. Sin embargo, en vez de dirigirse hacía su objetivo militar, se dirigió hacia su objetivo personal. Nada más aterrizar, se entregó a la policía, y trás el interrogatorio pertinente de los servicios secretos británicos, mostró su intención de volver a Alemania como agente doble. Sin duda una historia fílmica, el protagonista posiblemente odiado por el público por su falta de moral y traición, volvería a ser aceptado por la crítica a causa de su redención.

Curiosidad: Para que el agente Zig Zag pudiera volver a Alemania como agente doble sin levantar sospechas, Se falseó la explosión de la fabrica armamentística con la ayuda del ilusionista Jasper Maskelyne.

A partir de este momento Chapman será conocido como agente Zig Zag. Su principal misión era dotar a las fuerzas alemanas de toda la desinformación posible. Su reconocida trayectoria al servicio de Alemania, reconocida por los alemanes de la II Guerra Mundial, provocó que fuera honrado bajo la promesa de ocupar la primera o segunda fila durante un mitin de Hitler. Zig Zag se prestó voluntario para atentar contra el Führer. Es aquí donde se muestra la pluripersonalidad de Chapman que descolocaba a todos sus mandos. Una persona cuya juventud se regía por el Carpe Diem y ajeno a las pretensiones de Aquiles de pasar a la historia, se convertía en un reconocido agente doble que quería poner fin a la guerra, matando a su engendrador.

La duda y la perplejidad que Chapman generaba entre sus superiores se puede observar en las declaraciones de Ronnie Reed, oficial al cargo de Chapman: “el puede pensar que no hay mejor forma de dejar esta vida que tener su nombre en toda la prensa mundial". Pero Reed también señaló que Eddie “estuvo motivado por un inmenso patriotismo y un deseo de corregir su pasado criminal”. Según archivos desclasificados del MI5 el diálogo entre Chapman y su oficial al cargo, Ronnie reed, sería el siguiente:

Ronnie Reed: Tanto si tienes éxito como si no, serías eliminado inmediatamente.

Eddie Chapman: Ah...¡pero que manera de morir!

Todo estaba dispuesto. Sin embargo, los oficiales británicos rechazaron la idea exhortando a Chapman a no realizar “ninguna empresa estúpida”. En las 1.800 páginas desclasificadas por el MI5 sobre el caso Chapman, no se aclara cuál es la razón por la que se decide no llevar a cabo el asesinato de Hitler. Según el profesor M.R.D Foot, reconocido especialista en la II Guerra Mundial, la toma de esta decisión por parte de las autoridares británicas puede deberse a varios factores. Uno de los factores podría ser la política del gobierno británico en contra del asesinato de jefes de estado extranjeros. Otro de los factores podría ser la desconfianza del cuerpo de inteligencia británico hacia Chapman, reconocido presidiario. Por último, se cree que la misión fue abortada por que “se creía que era imposible tener un agente armado en presencia de Hitler, y porque se pensaba que Hitler era más útil vivo que muerto, ya que en ese momento, su estrategia era claramente irregular”.

“Voy a asesinar a Hitler. Con mi conocimiento de explosivos y el material del que dispongo, debería ser posible”. Eddie Chapman.

Su labor como supuesto espía alemán le permitió recibir la condecoración militar de la Cruz de Hierro por su “excepcional celo y éxito”. Se convirtió en el único británico que recibió esta medalla. Posteriormente, Chapman fue trasladado por los alemanes a la Noruega ocupada para enseñar en una escuela de espías en la primavera de 1944. La profesionalidad o la fortuna vital de Eddie generó una de las que conocemos como paradojas de la historia. Un agente doble enseñando espionaje a los soldados del bando al que estaba desinformando.

Otro de sus éxitos como agente doble tuvo lugar tras un nuevo traslado de Chapman a Inglaterra promovido por las fuerzas de inteligencia alemanas. Todo estaba relacionado con la potencia y precisión de los cohetes V-1 alemanes. Eddie Chapman informó a los nazis de que los cohetes estaban pasando por encima de su objetivo en el Reino Unido. Los cohetes, sin embargo, se encontraban por debajo del mismo. Ello provocó que las bombas no cumplieran su misión y acabaran estreyándose al sur de Londres.

Eddie Chapman pretendía asesinar a Hitler en uno de sus mítines.

Tras la guerra los soldados se convierten en campesinos de nuevo. Al terminar el conflicto, Chapman se retiró del MI5 con una paga de 6.000 Libras. Los documentos desclasificados informaban que Chapman vivía en “lugares de moda londinenses, siempre en compañía de hermosas mujeres de cultura evidente”. Fue indultado por sus crímenes anteriores a la guerra. Ya en la madurez, El agente Zig Zag se trasladó con su esposa a una granja, siendo también dueños de un castillo en Irlanda. Todas las aventuras acabaron para Eddie en 1997, cuando murió a los 83 años.

Si bien al principio de esta entrada comentábamos las características fílmicas de este suceso; el cine, captador y modulador de la histora, ya está preparando una construcción cinematográfica de Eddie Chapman bajo la mano de Midas de Tom Hanks. Como siempre, desde ActaDiurna en CeroPretensiones abogamos por estas pequeñas historias. Por eso, esperamos que el suceso de Chapman en “Historias ocultas de la II Guerra Mundial” sea el primer paso para abordar otros temas similares: Blackpool no fue bombardeado para ser un balneario o los documentos sobre la vida cotidiana de Hitler.




“Agente Zig Zag”




"El pretexto para todas las guerras: conseguir la paz". Jacinto Benavente.













domingo, 19 de abril de 2009

Alicante recuerda la partida del Stanbrook 70 años después

La huida de más de dos millares de republicanos en el Stanbrook fue el suceso que marcó el final de la Guerra Civil española. La desobediencia de un capitán, Archibald Dickson, pemitió que el barco zarpara. Muchos son los homenajes que se han celebrado el pasado mes en relación a este episodio. Sin embargo, todavía hoy, no existe ningún monumento, ni ninguna placa que recuerde a Dickson, a sus 2.639 invitados o a todos los que se quedaron en el puerto.



Documental: Stanbrook

Por Alejandro Parrilla (ActaDiurna en CeroPretensiones)

El pasado 1 de abril, se realizaron actos conmemorativos en honor a Dickson en el puerto de Alicante. Los hijos del capitán lanzaron flores al mar. Todo fue organizado por la Comisión Cívica de Alicante, ante el olvido institucional de este hecho. La Comsión Cívica exige a las fuerzas políticas alicantinas la necesidad de elevar un monumento en recuerdo de Dickson. Desde ActaDiurna tomamos esta reclamación para recordar el suceso a través del recuerdo literario de dos supervivientes.

El Stanbrook en las dársenas del puerto


La literatura de la historia: 28 de marzo de 1939
España, enfrascada en una Guerra civil, ve como sus contendientes se enfrentan en los últimos reductos de resistencia. Los republicanos, conscientes obligados de su derrota, buscan en el mar su última salida. Los soldados nacionales celebran en el interior la cercana victoria, mientras que en la costa se dirimen las batallas finales. La Europa democrática, preocupada por lo que será su pasado más oscuro, mira de reojo lo que ocurre en la península. Alemanes e italianos contemplan en España su primera victoria militar. El 28 de marzo de 1939 será el día en el que finalice la trienal Guerra civil Española en el puerto de Alicante.


La ciudad costera de Alicante es la última trinchera que los nacionales están asediando para conseguir la victoria. Los republicanos y los no nacionales, husmeando la derrota, se trasladan al puerto buscando una escapatoria al acecho del enemigo. Cerca de 20.000 hombres, mujeres y niños se agolpan donde rompen las olas. Nada tiene que ver el puerto de entonces con las grandes construcciones pre-marítimas actuales. Un malecón, bullicio de personas y el mar forman la escena. Los allí congregados esperan a los barcos franceses y británicos que la República había apalabrado. Las palabras se las lleva el viento. El parcial pacto de No Intervención de 1936 propuesto por Francia provocó, no en pocas ocasiones, pactos apalabrados entre la Republica y las democracias occidentales que quedaron precisamente en palabras.


Puerto de Alicante (1939)


Sólo un barco partiría aquel día desde Alicante. Todos los capitanes de barcos extranjeros tenían orden de hacer caso omiso a las peticiones de traslado de cualquier ciudadano español. Tan sólo el Marítima, partió de Gandía con 40 autoridades políticas de la República. Sin embargo, Archibald Dickson capitán del Stanbrook, sería el único que admitiría a los futuros exiliados. El viejo carbonero inglés sólo tenía capacidad para 24 tripulantes. Este pequeño barco que iba a recoger naranjas, tabaco y azafrán, terminaría zarpando del puerto con 2,639 personas, camino de la colonia francesa de Orán, en Argelia. Muchas son las familias que partieron y muchas las que se quedaron.


El mar
Entre las personas que vivieron la huida desde el barco se encuentra Helia González. 20.000 personas se encontraban en el puerto, y entre ellas, una niña de 4 años llamada Helia. Ella, su padre, su madre y su hermana pequeña contemplan el puerto, el barco y el mar como indispensables instrumentos de supervivencia. El compromiso del padre de Helia con el frente republicano durante la guerra obliga a la familia a vivir fuera de España o quedarse para siempre. La gente se agolpa, los empujones se suceden, la incertidumbre aumenta, pero sólo el temor de no tocar la cubierta del Stanbrook es lo que domina las mentes de todos los congregados. Muchas personas, un único objetivo. Las horas pasan.


“Pasaban las horas y temíamos no subir. Mi padre había estado en el frente así que para nosotros huir era cuestión de vida o muerte” Helia González, pasajera del Stanbrook.


La rampa del barco inglés posa sobre el puerto. No hay orden de entrada, sólo la suerte embarca con los que logran subir, y desdeña a los que se quedan. Prueba de la cortesía anglosajona, A. Dickson “daba la mano a cada pasajero al subir”. Sólo cuando Helia dió la mano a Dickson supo que había sido elegida para la travesía. En ese choque de manos no existían legislaciones no intervencionistas: era sólo Helia que quería subir y Dickson que la envitaba a ello. Nada sabía la joven de las 24 horas de travesía, nada imaginaba de su destino en Orán, nada supo del destino de los que no subieron hasta mucho después.


El Stanbrook a punto de partir


Helia se acurrucó en la cubierta envolviéndose con los brazos de su padre pues le “daba pavor” perderse “entre aquella masa de gente”. La familia González contemplaba desde cubierta el puerto de Alicante, despidiéndose sin gesticular, llevando toda su vida en una maleta de 40x30 centímetros. Una muda de ropa interior, una sábana, unos pañales y unos cubiertos era todo el equipaje para una nueva vida.


Maleta de una de las supervivientes


“Mi madre” metió en la maleta “unos cubiertos de plata que , por supuesto, no vendió a nadie porque nadie pudo comprarlos”. Helia González.


Por fin se alejaban de aquella España que poco les había dado. Se perdían en el horizonte marítimo despedidos por las bombas, que rencorosas de la huida, caían “en el lugar donde había estado el barco”. “Al oir la explosión, el hombre que viajaba a nuestro lado se asustó tanto que se tiró al mar. Su bota golpeó a mi padre al caer. Fue terrible”, recuerda Helia. El futuro de los que se iban y de los que se quedaban era incierto pero no dispar. Muchos de los nuevos africanos republicanos terminaron en campos de trabajo cerca de Marruecos y otros morirán construyendo el ferrocarril trasahariano. La familia González logró sobrevivir sustituyendo a la mitad de la compañía de teatro español, que se había ido a la España de Franco.


El puerto
Unos van, otros se quedan. Mientras la periferia de Alicante era tomada por los soldados nacionales y las tropas italianas, los ciudadanos se acercan poco a poco al puerto. Las esperanzas de huir son pocas. Los barcos no se mueven, la gente cada vez está más nerviosa. Entre el gentío se encuentra una joven de 20 años, Carmen Arrojo, que junto a su novio, su hermano y su padre esperan más que partir, vivir. Cuando las bombas agitaron las aguas donde hace pocos minutos estaba el Stanbrook, muchos supieron que no saldrían de allí. Esperaban un barco, pero el único que vieron lo enviaba Franco.


“Por megáfono nos dijeron que tiráramos nuestras armas y que, o nos rendíamos a las cinco, o nos ametrallarían. No pudimos hacer nada.” Carmen Arrojo.


“Era un hervidero de caras chupadas por el hambre y el cansancio”. A las dos de la tarde llegó el barco franquista que pondría fin al último bastión republicano. El barco, el caos. “Delante de mí, un hombre se rebanó el cuello con una navaja. No olvidaré nunca aquel grito espantoso de una de sus hijas”, recuerda Carmen. “Hay un parte del general Gambara (Gastone Gambara, general italiano) que habla de 66 suicidios, aunque otro posterior, los reduce a 12"." Se apuntaban unos a otros, contaban hasta tres, y disparaban” asegura Enrique Cerdán Tato, escritor que ha dedicado 40 años al estudio de este episodio. Los que se quedaron tuvieron que ver a los victoriosos pavoneando con su bandera, en espera de su destino. A muchos, ya prisioneros, les llevaron a un campo de Almendros entre Goteta y Vistahermosa, donde sobrevivieron en condiciones dificilmente narrables, en espera de una cárcel o del campo de concentración de Albatera. Otros tantos, fueron retenidos en la plaza de toros, en los cines, los colegios... para luego correr un destino similar a los anteriores. La familia Arrojo sufrió esos campos de concentración. Al novio de Carmen lo fusilaron. Ella honró a su novio, y a todos aquellos que vivieron aquel suceso, con su libro “Lo que no se debe perder. Memorias de una republicana”.


Celebración de la victoria franquista.



“Dinero perdido, pérdida ligera; honor perdido, pérdida considerable; coraje perdido, pérdida irreparable”. Johann W. Goethe

lunes, 13 de abril de 2009

La exposición “Presas de Franco” libera fotografías y testimonios del olvido


Por Alejandro Parrilla García (ActaDiurna en CeroPretensiones)

El Centro Cultural Conde Duque rinde memoria a las mujeres presas durante el franquismo en una exposición sensitiva. Fotografías, testimonios y un documental ilustran la situación de las cárceles femeninas de posguerra a partir de sus protagonistas. La exposición que abrió sus puertas el pasado 4 de marzo y que finalizara el 9 de abril ya ha sido considerada un éxito por sus organizadores.



Videos tu.tv
Videos tu.tv Documental: "Del olvido a la memoria. Presas de Franco"

La Sala Juan Villanueva del Centro Conde Duque recoge estos días la exposición “Presas de Franco”. La muestra reconstruye el microcosmos de las cárceles femeninas entre 1936 y 1945. Esta ardua tarea se consigue mediante fotografías, textos oficiales, vídeos y testimonios. El repertorio gráfico expuesto se nutre de fondos procendentes de archivos públicos, de entidades privadas, del patrimonio personal de las propias represaliadas y sus familias; así como, de instantáneas recogidas por fotográfos como Alfonos Sánchez, Santos Yubero o Hermes Pato. Además podemos escuchar mediante reproductores mp3 los testimonios de varias mújeres víctimas de las prisiones de la época. El objetivo de introducir al visitante en un mundo pasado se completa mediate la emisión del documental “Del Olvido a la memoria. Presas de Franco”. La exposición organizada por la Fundación de Investigaciones Marxistas se divide en siete partes: Las galeras de mújeres, El castigo, Los niños en la prisión, Las prostitutas, El trabajo, La resistencia y La memoria. Todo ello, para ilustrar un pasado muy presente.

la exposición pretende “ser testimonio de la memoria de los ‘excluidos’ y ‘excluidas’ de las ‘grandes historias’ y que formen parte del período histórico que protagonizaron”. Organización de la Exposición

Memoria e Historia de las “Presas de Franco”
Muchos de los sucesos más ocultistas de la Guerra Civil son conocidos a través de la visión de los fotógrafos. Según los organizadores, la exposición del Centro Conde Duque es un recordatorio a la memoria de aquellas mujeres que sufrieron a las cárceles y a las carcelarias de la época. Esa memoria se construye a partir de todo lo que no olvidaron las víctimas. Tomasa Cueva Gutiérrez (1917-2007), se dedicó a recoger y recordar todo aquello que pudiera ilustrar cómo vivían y cómo morían las mujeres en la cárcel. Tomasa Cuevas, prisionera durante 30 años, publicó los comentarios y sucesos vividos por sus compañeras y por ella misma en los “Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas” (Tres volúmenes editados en 1982).




Documental radiofónico: Tolerancia Cero

Las historias de la Historia adquieren credibilidad a partir de los datos, los hallazgos y los estudios científicos. Sin embargo, las guerras explícitas en los campos de batalla encubren las subguerras de cárceles y torturas. En estos oscuros pasajes de la historia, los documentos oficiales “no eliminados” no nos permiten reconstruir el universo carcelario de posguerra. En este caso, la reconstrucción histórica se basa en la subjetividad de los testimonios de aquellas mujeres que vivieron en las cárceles de la época.

Fotografía de la exposición: “Presas de Franco”


“Cuando me detuvieron, como primero pegan y después preguntan, pues me pegaron”. Presa en las cárceles franquistas.


Los datos objetivos que pueden dar una visión mas imparcial de la situación vivida corroboran la reconstrucción parcial que plantean las declaraciones de las víctimas. Los testimonios nos hablan de prisiones tomadas por la humedad y la suciedad; nos hablan de trabajos obligados en jornadas de 10 y 12 horas diarias; nos hablan de fusilamientos. El primer aspecto tan sólo puede ser ratificado objetivamente por las fotografías tomadas en las penitenciarías. Inlcuso estos documentos no nos permitirían vislumbrar la situación real de los recintos carcelarios, pues muchas de las fotografías son oficiales, y por ello, cuidadosamente ejecutadas. En cuanto al segundo aspecto, las declaraciones sobre los trabajos forzados han sido avaladas en cuantiosas ocasiones. Numerosos embalses y monumentos fueron construidos con la mano de obra de los presos republicanos. Prueba de ello, es el Decreto 281 firmado por Franco el 28 de mayo de 1937, por el cual se fijaba el “derecho-obligación” al trabajo para los presos políticos. En cuanto a los fusilamientos existen distintas cifras y teorías sobre los mismos. Cualquier cifra que se pueda citar sería inexacta, pues muchos historiadores y familias reclaman la contabilidad de los fusilamientos furtivos que se realizaban sobre todo en los pueblos. A pesar de ello, según el Ministerio de Justicia franquista fueron ejecutados 193.648 republicanos/as.


Una de las características propias de las cárceles femeninas era el rapto o asesinato de los niños cuyas madres eran republicanas. La mayoría de estos niños eran educados en centros pertenecientes al régimen o la Iglesia católica. Las cifras señalan que en 1942 había en escuelas religiosas y centros estatales 9.050 hijos de reclusas. Muchos de los niños que eran criados por sus madres en las prisiones enfermaban o morían a causa de las condiciones anti-higiénicas de las mismas. Se llegaron a crear cárceles específicamente construidas para las prisioneras con hijos (“prisiones para madres lactantes”).

Fotografía de la exposición: “Presas de Franco”


Como los datos son escasos a la hora de reconstruir el microcosmos carcelario, son las afirmaciones de las reclusas las que nos dan el relato mas fiable sobre lo que ocurría en aquellos recintos. Basándonos en esos relatos podemos decir que:
* Las llevaban al paredón para enseñarles donde habían muerto sus compañeras.
* Se premiaba a los carceleros que mataran a un preso/presa con 300 pesetas y un mes de permiso
* Las madres sólo podían ver a sus hijos el tiempo suficiente para amamantarlos.
* De madrugada, las presas escuchaban los fusilamientos.
* El arzobispo que las visitaba modificaba el catecismo para no conceder indultos, amparándose en que las presas debían de saberlo palabra por palabra.


Una de las historias más famosas con respecto al tema tratado es el de “Las 13 Rosas”. Una intra-historia que se recuerda a través de libros, obras de teatro y películas. Es el relato de trece mújeres detenidas en los primeros meses tras el fin de la Guerra Civil. Al ser culpadas de intentar reorganizar cladestinamente las Juventudes Socialistas Unificadas fueron prisioneras en la cárcel de mujeres de Ventas. Como represalia al asesinato del comandante de la Guardia Civil Isaac Gabaldón fueron condenados a pena de muerte 43 hombres y 13 mujeres. Desde CeroPretensiones apoyamos estas iniciativas que ayudan a recordar la historia, tanto a través de exposiciones como a través del “cine sin erratas” (un aspecto que ya hemos comentado en otras entradas de Acta Diurna).

Trailer de la pelícua “13 rosas”


"Vivir en los corazones que dejamos tras nosotros, eso no es morir". Thomas Campbell